Los perros y los temores

Puede que durante el crecimiento de tu mascota notes que aparecen conductas de temores, reacciones extremas ante situaciones simples como algún sonido fuerte, un trueno en una tormenta o fuegos artificiales. Es completamente natural, y con estos consejos simples lograrás adiestrar a tu animal para vencer estos miedos y preservar su buen carácter.

Qué es el miedo

El perro comparte un lenguaje único con su familia humana, pero esto no significa de modo alguno que comprenda a la perfección ciertos procesos naturales o sociales. Una bocina, una sirena de bomberos, o cualquier ruido extraño puede poner al animal en un estado de alerta, inclinándolo desde a una reacción agresiva como a una conducta defensiva (esconderse y llorar).

Es importante no regañar al animal por tener temor, sino acompañarlo en este nuevo proceso de aprendizaje como una más de las tareas de entrenamiento. Siéntate junto a tu mascota y acarícialo durante una tormenta, dándole la seguridad de que no hay una amenaza certera. Si se trata de un sonido de nuestro hogar (el motor de un compresor, el ruido de la máquina de sesgar el césped) tómalo de su collar o correa y acércalo, siempre a una distancia prudente, a la fuente del sonido. Sin obligarlo a acercarse más de lo que prefiera, ve tú hacia el objeto y demuéstrale que no hay un peligro allí. Con algunas veces que lo practiques, tu animal se habituará al sonido y lo asimilará como algo que no ah de presentarle preocupación o amenaza, sin restarle importancia a los demás sonidos que sí deberían ponerlo en alerta.

Cuidado en la calle

Si estás haciendo tu adiestramiento puertas afueras, siempre ten la precaución de enseñarle a enfrentar el temor a los sonidos antes de liberarlo de su correa. Si hubiera un sonido fuerte enseña a tu animal a acercarse a ti, para protegerse mutuamente, evitando así que salga corriendo, a menudo en direcciones poco adecuadas como hacia una calle transitad o un sitio peligroso.

Una manera de hacerlo es pedir una compañía durante el entrenamiento (o tú mismo), y emitir pitidos de silbatos, sirenas o sonidos con tu móvil en los momentos en los que tu animal se halle concentrado en otras tareas. Conforme vaya habituándose a algún ruido, aumenta su intensidad o modifícalo a otro, variando entre reales y ficticios, agudos y graves. Así lo habituarás a prestar atención (estimulándolo a ello) y lo ayudará a controlar la fobia a los sonidos desconocidos.

Adecua este entrenamiento a las condiciones de tu zona de residencia. Caminos de bomberos, policías y ambulancias, timbres y teléfonos pueden ser habituales en las grandes urbes, mientras que si vives en una zona de cacería serán comunes los sonidos de disparos de armas de fuego. Un simple adiestramiento constante enseñará a tu perro a no temer, y a reaccionar adecuadamente a lo que, de otro modo, podría considerar una amenaza.

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