El adiestramiento de un animal no se limita sólo a las sesiones de entrenamiento que hagas dos, tres o más veces por semana. Contrariamente, el adiestramiento, en especial en los cachorros, debe mantenerse a lo largo del día, todo el tiempo que compartas con tu mascota, siendo parte efectiva de este proceso para acelerar el entrenamiento y, también, hacerlo con mayor efectividad.
Ya sabes que debes establecer un tiempo adecuado para las técnicas de adiestramiento: determinar un lugar adecuado y espacioso, contar con los elementos que quieras utilizar (como bocaditos de premio, juguetes especiales, collares y correas u otros, según el abordaje que elijas), y mantener una rutina regular al igual que cuando los niños pequeños van a la escuela. Pero luego, al regresar a casa y al resto de la rutina diaria regular, debes mantener esta modalidad de educación, para que el animal comprenda, absorba lo aprendido, y también aplique sus nuevas herramientas de conducta.
Los animales se desarrollan antes que los humanos
No esperes a que tu perro sea adulto ya presente malos comportamientos para comenzar el adiestramiento. Ya dese el nacimiento y el destete, cuando tu cachorro llega al hogar, debes poner en práctica su rutina de adiestramiento. Seguro que serán sesiones más cortas y estimulantes que cuando el perro sea ya mayor, pero no dejes de hacerlo. El proceso de entrenamiento más efectivo se dará a partir de las 8 semanas de vida, y hasta el primer año de edad. Es allí cuando el animal moldea su conducta en el hogar, y comprende su rol en la familia y en el hogar.
Una vez que el animal cuente con el ciclo de vacunación que preserve su salud, hazlo socializar con otros animales, en especial si los tienes en casa. También asegúrate de que el perro interactúe con niños y con todos los miembros de la familia durante su etapa de adiestramiento, para que comprenda la integración y cómo debe comportarse con cada quien. No apartes al animal de tus hijos o de niños pequeños “por seguridad”, pues luego el erro no sabrá cómo comportarse con ellos o, peor aún, su conducta corporal será igual a la que tendría con un adulto, de mayor resistencia.
Sé parte de su educación y adiestramiento
Aunque contrates los servicios de un adiestrador canino profesional, procura estar allí en las sesiones, y repetir los ejercicios en tu hogar. Debes ser lo que el animal comprende como el “alfa”, la persona o el ser de autoridad, a quien debe respetar y obedecer, sin que otorgue este rol a su entrenador a quien difícilmente vuelva a ver a lo largo de su vida.
Al igual que no debes dejar que el entrenador canino sea el líder para tu mascota, también debes mantener tú mismo este rol que te debes asignar. En casa no dejes que el perro haga lo que se le antoja: hazlo comprender que tu “no“ es un “no”, así como le harás entender la gratificación y la premiación de las buenas acciones cuando las haga. No deben faltar las caricias y las felicitaciones, las rutinas de alimentación y, por sobre todo, la coherencia. No le des permiso a hacer algo que luego no quieras que haga, como dejarlo subir a tu regazo cuando ven la TV, pues luego querrá hacer lo mismo con tus invitados; no le des un viejo abrigo para mordisquear, pues luego no comprenderá por qué no puede tomar el resto de tu ropa del armario.
Con cariño, respeto pero firmeza lograrás hacer un adiestramiento efectivo, que asegurará la mejor conducta de tu perro a lo largo de su vida, en cualquier sitio y ocasión.